Exfoliación: El ácido glicólico ayuda a deshacer los enlaces entre las células muertas de la superficie de la piel, facilitando su eliminación y revelando una capa de piel más fresca y radiante debajo. Esto puede mejorar significativamente la textura y el tono de la piel.
Estimulación de la renovación celular: Al promover la exfoliación, el ácido glicólico también estimula la renovación celular, lo que puede ayudar a atenuar las cicatrices, las manchas de la edad y las marcas de acné, haciendo que la piel se vea más uniforme.
Hidratación: Aunque es conocido principalmente por sus propiedades exfoliantes, el ácido glicólico también puede mejorar la hidratación de la piel. Al exfoliar la capa superior de la piel, permite una mejor penetración de los humectantes en las capas más profundas.
Producción de colágeno: El uso regular de productos con ácido glicólico puede estimular la producción de colágeno, lo que se traduce en una piel más firme y elástica, reduciendo la apariencia de líneas finas y arrugas.
Clarificación de la piel: Al remover las células muertas y promover una piel más uniforme, el ácido glicólico puede ayudar a disminuir la apariencia de poros dilatados y mejorar la claridad general de la piel, ofreciendo un aspecto más brillante y saludable.
Lucha contra el acné: Gracias a su capacidad para exfoliar la piel y limpiar los poros profundamente, el ácido glicólico puede ser efectivo en la prevención y tratamiento del acné, reduciendo la acumulación de células muertas que puede obstruir los poros y provocar brotes.
Es importante señalar que, aunque el ácido glicólico es beneficioso para muchos tipos de piel, su concentración y la frecuencia de uso deben ajustarse según la sensibilidad y las necesidades específicas de cada piel. Además, la exfoliación química puede aumentar la sensibilidad al sol, por lo que es esencial aplicar un protector solar de amplio espectro durante el día para proteger la piel tratada con ácido glicólico.